Yemaya y el Diloggun
Yemayá estaba casada con Orúnmila, gran adivinador de la tierra de Ifé, que hacía milagros y tenía una gran clientela. Por ese entonces, Orúnmila se hallaba íntimamente unido al secreto de los caracoles (diloggun) , pues Yemayá, dueña del mar, peces, caracoles y todo lo marino, se lo comunicaba; él, a su vez, interpretaba esos secretos a través de los Oddun y de las leyendas.
Ocurrió
que un día Orúnmila tuvo que hacer un viaje largo y tedioso para asistir a una reunión de los Awó que había convocado Olofí, y como se demoró más de lo que Yemayá imaginaba, ésta quedó sin dinero, así que
decidió aplicar su técnica y su sabiduría para consultar por su cuenta a quienes precisaban de ayuda.
Cuando alguien venia a buscar a Orúnmila para consultarse, ella le decía que no se preocupara y le tiraba el dilogun. Como era adivinadora de nacimiento, sus vaticinios tuvieron gran éxito y sus Ebó salvaron a mucha gente.
Orúnmila, en camino hacia su casa, oyó decir que había una mujer adivinadora y milagrosa en su pueblo. Él, curioso como todo ser humano, se disfrazó y preguntando por el lugar donde vivía aquella mujer, llegó a su propia casa.
Yemayá, al descubrirlo, le dijo : "¿Tú creías que me iba a morir de hambre ?" Así que él, enfurecido, la llevó delante de Olofi, sabio entre los sabios, quien decidió que Orúnmila registrara con el Ekuele,
los Ekines y el Até de Ifá, y que Yemayá dominara el Diloggun. Pero le advirtió a Orúnmila que cuando Yemayá saliera en su Oddun, todos los Babalawos tendían que rendirle pleitesía, tocar con la frente el tablero y decir : Ebbo Fi Eboada.
ALGUNOS "IRÉ"